Las aflicciones, angustias, eventos tormentosos, de abuso, de tristeza, desesperación, etc., nos han expuesto a sentirnos abandonados, desprotegidos, desprovistos del amor del Creador e incluso a que, sin darnos cuenta, se nos rompa el alma.
En el libro correspondiente a ADN Avanzado, su autora, Vianna Stibal; nos explica que es como si nuestra esfera de luz estuviera estrellada, qué hay perforaciones, pequeñas rupturas que incluso “lloran”, es decir, hay fuga de energía de manera incluso inconsciente.
Siempre es bueno, ser testigos de la sanación que el Creador hace en nuestras alma o en el alma de nuestro paciente.
Recuerda, ser testigos de una sanación, implica que con alguno de nuestros sentidos psíquicos; seamos capaces de reconocer que Dios está actuando a favor de nosotros o del paciente. Cada persona es diferente por lo que el ejercicio puede tardar más o menos dependiente de cada individuo.
El comando que utilizamos es:
Creador de Todo lo que Es, te pido sanar el alma rota de (nombre de la persona) y de nuevo devolverla a su totalidad en este momento. ¡Gracias! Hecho está. Hecho está. Hecho está”.
Vianna comenta, que nos imaginemos como en el centro de su pecho, hay una esfera de luz girando en el sentido contrario de las manecillas del reloj y luego la desacelere hasta detenerla por completo.
Asimismo, una vez que se detiene, comienza el proceso de renovación. La esfera empieza a girar en el sentido de las manecillas del reloj.
Recuerda que nuestra labor consiste en ser testigos, cocreadores, sanadores y generadores de nueva realidad. En ningún momento enjuiciamos al paciente.
Por cierto, ¿Tú tienes el alma rota? ¿Qué tal que tú le pides al Creador que tu alma se encuentre renovada, llena de energía y disponible para continuar con la jornada?
Gracias, gracias, gracias.